Nuestro masaje linfático se realiza mediante técnica de masaje suave y rítmica, que estimula el sistema linfático del cuerpo y mejora la circulación de la linfa. Se realiza mediante movimientos ligeros y repetitivos en la dirección del flujo linfático para ayudar a eliminar las toxinas, reducir la retención de líquidos y mejorar la función inmunológica.

Es especialmente útil para personas con edemas, problemas de circulación y aquellos que buscan mejorar su salud general y bienestar.

¿Qué efectos tiene el masaje linfático?

El masaje de drenaje linfático tiene grandes beneficios en nuestro organismo. Sus principales acciones son:

  • Acción relajante
  • Acción analgésica
  • Acción inmunitaria
  • Acción drenante

Así, algunos de los beneficios que presenta esta terapia son:

  • Elimina la retención de líquidos
  • Tiene acción analgésica
  • Reduce la inflamación
  • Mejora las defensas del organismo
  • Tiene un efecto de relajante
  • Favorece la circulación de la sangre
  • Después de una cirugía ayuda a acelerar la curación de los tejidos y evita los edemas
  • No causa rojeces ni irritaciones en la piel
  • No provoca dolor

¿Para quién está indicado el masaje linfático?

El masaje linfático está indicado para diversas condiciones de salud, entre ellas:

  • Personas con edemas o inflamaciones causadas por retención de líquidos
  • Pacientes con linfedema, una afección en la que se acumula linfa en los tejidos y causa hinchazón
  • Personas con trastornos del sistema linfático
  • Aquellos que se han sometido a cirugía, especialmente cirugía plástica o reconstructiva
  • Personas con problemas circulatorios
  • Aquellos que desean mejorar su salud general y bienestar

¿Qué contraindicaciones tiene el masaje linfático?

Es importante tener en cuenta que el masaje linfático puede no ser adecuado para todas las personas, por lo que siempre es recomendable consultar tu caso con nuestro equipo o con un especialista antes de someterte a cualquier tipo de terapia.

Algunas contraindicaciones son:

  1. Tumores malignos con metástasis
  2. Infecciones agudas
  3. Insuficiencias cardiacas descompensadas
  4. Trombosis recientes
  5. Hipertiroidismo
  6. Hipotensión arterial
  7. Infecciones crónicas
  8. Tumores tratados o controlados
  9. Asma bronquial
  10. Embarazo (antes del segundo trimestre) o lactancia